La forma de producción de la miel nica favorece los precios del producto
Un kilo de miel nicaragüense se vende en el mercado europeo y estadounidense entre 2.20 y 2.50 dólares, uno de los precios más altos, en el istmo centroamericano, manifiesta Fabricio Mendoza, presidente de la Comisión Nacional Apícola de Nicaragua.
Las mieles asiáticas y de algunos países de la región sur de América, se comercializan entre 1.90 y hasta 1.60 dólar por kilo, es por eso, que la miel nicaragüense se coloca como un rubro estrella, nos explica Mendoza.
Aunque Nicaragua tiene suficiente área boscosa, menos del 50 por ciento de ésta se utiliza para la producción de miel, revela Mendoza, quien agrega que el proceso de producción continúa haciéndose de forma natural y manual, lo que es una ventaja y favorece al productor con esos precios.
Más del 80 por ciento de los apicultores del país, proveniente de pequeñas familias que adaptan sus fincas para la colocación de colmenas, o bien, trasladan las mismas, a diferentes municipios donde existen áreas protegidas y la floración es de alta calidad, indica Mendoza.
En el norte del país, las familias apicultoras trasladan sus colmenas en áreas boscosas y áreas protegidas de Matiguás, Río Blanco, El Cuá y eso les permite llegar a zonas donde la floración es de primera calidad porque se da de forma natural y libre, explica Fabricio.
Ese es el caso de la ipomoea carnea, que es la flor conocida como campanita, que crece silvestre en las zonas del norte y en la zona central Boaco y Chontales y para los apicultores es una flor de alta calidad para la alimentación de las abejas.
Ese es el secreto de la miel nicaragüense, porque los productores de otros rubros, como el café, no usan transgénicos, por lo tanto, la floración de esa planta está libre de contaminación y las abejas adquieren un producto libre de químicos, explica el presidente de la Comisión Nacional de Apicultores.
“Seguimos usando técnicas artesanales que nos permiten mejores resultados y sobre todo no abusamos de los transgénicos que tanto daño provocan en las personas”, afirma Mendoza y recalca que eso es lo que ha pasado con mieles que llegan de Asia, donde se especula que el producto tiene trazas de transgénicos.
Para la Comisión Nacional de Apicultura de Nicaragua, mantener los estándares de calidad de la miel, es el reto del día a día y es por eso, que mantiene contacto directo con sus miembros para que conozcan de las últimas noticias y avances agrícolas para usar productos de control de plagas, de una forma eficaz y sin afectar el medioambiente.
A las familias apicultoras se les informa de las casas comerciales que venden productos amigables con el medioambiente y si hay algunos que está restringida su venta, se hacen las averiguaciones pertinentes para alertar tanto a las casas comerciales como a los apicultores.
Aunque Nicaragua no cuenta con una ley apícola, la Comisión indica sobre los mejores sitios para la colocación de colmenas y está al tanto, que se mantengan estándares de calidad para obtener esa miel que logra colocarse en el mercado extranjero a buen precio y que es la misma que se comercializa en el país.
