Apicultura NicaApicultores nicas sin respaldo

Ana Leonor Paiz H.5 años 11086 min

La gente piensa que la crianza de abejas es solo es tener colmenas, flores y que ellas trabajen a su gusto y antojo para darnos la sabrosa miel.

Más del 75 por ciento de los cultivos del mundo dependen de la polinización, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, nos explica Fabricio Mendoza y agrega que es por eso por lo que las abejas necesitan de nuestra atención, porque las amenazas del cambio climático, la agricultura intensiva, la pérdida de la biodiversidad y el uso de plaguicidas afectan el rendimiento y producción de las abejas.

Los apicultores nicaragüenses trabajan a cómo pueden y muy pocas veces piensan en los incentivos que se deberían destinar a este rubro, tal a como sucede con el café, que, por cada tonelada del grano, un quintal es reinvertido para mejorar y promover la caficultura, expresa Fabricio Mendoza, presidente de la Comisión Nacional Apícola de Nicaragua, CNAN, una iniciativa que no se encuentra actualizada.

Mendoza indica que el sector apícola está en manos de pequeños productores, de familias, que realizan inversiones menores y la sobrevivencia diaria muchas veces les impide realizar acciones de protección ambiental en sus propias fincas.

Sin embargo, no todo es negativo, los procesos de capacitación y las buenas prácticas están llegando a muchas familias para que implementen acciones de protección de sus áreas.

Mendoza indicó que la apicultura nica la mayoría de las veces se realiza a través de la trashumancia, (traslado de colmenas de finca a finca), los productores de miel incentivan a las familias que alquilan sus fincas, a cuidar de la tierra, de los árboles y de los animales, del medioambiente; así por cierta cantidad de colmenas instaladas, un porcentaje de ellas será para la familia dueña de la tierra.

“Muchas familias nos han corrido de sus tierras, pero sé que, por una, tendremos cinco familias aliadas que querrán trabajar con ese modelo”, afirma Mendoza.

Con esta forma de trabajar las familias cuidan sus propias fincas, y a la vez van aprendiendo lo procesos de la apicultura y se interesan en la siembra de árboles frutales y cultivar flores en sus propios patios para alimentar a las abejas.

La trashumancia ha permitido que muchas familias quieran trabajar con los apicultores porque se paga bien el alquiler de la tierra y además de eso, aprenden a cuidar de su entorno, del medioambiente, evitarán los incendios y tratarán de que haya mayor floración. Además, que se les entrega una cantidad de colmenas para que empiecen a producir su propia miel”, afirma Mendoza.

Como director de la Comisión Nacional Apícola de Nicaragua, Mendoza y los apicultores esperan que el Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria – IPSA, Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales- Marena y el Instituto Nacional Forestal- INAFOR creen incentivos para que las familias que viven a orillas de áreas protegidas se conviertan en guardianas del medioambiente y la biodiversidad, y ayuden a evitar el avance de la frontera agrícola.

 

 

Ana Leonor Paiz H.

Directora Editorial Licenciada en Periodismo de la Universidad Centroamericana (UCA). Comunicación Social. Estrategias y Planes de Comunicación. Social Media. Marketing Digital. Enfoque de Género.

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