NoticiasCOVID-19 no apaga el espíritu de los apicultores en Nicaragua

mielimperialometepe4 años 10656 min

En agosto de 2019, Aurora Zeas, propietaria de la empresa Zeas Apícola, estaba terminando de hacer los preparativos para realizar su primera exportación a Costa Rica.

Con el ímpetu y la persistencia que le caracteriza, un mes después, en septiembre de ese año, concretó la primera orden de compra equivalente a 2,000 unidades de ocho diferentes productos derivados de la miel.

A partir de marzo de este año, con la aparición de la COVID-19, tuvo que frenar sus exportaciones por todo lo que implicó la aparición de la pandemia y las medidas adoptadas en el vecino país.

“Mandamos la exportación, ahorita no hemos vuelto a enviar (productos) por la pandemia, pero esperamos volver a hacer una exportación antes de que termine el año para Costa Rica”, afirma la empresaria apícola.

Caída en el precio

Nicaragua atraviesa su tercer año consecutivo de recesión  económica, primero por la crisis sociopolítica y posteriormente agravado por la pandemia de coronavirus.

A nivel centroamericano, Nicaragua tiene un potencial enorme para la producción de miel natural.

No obstante, ambas circunstancias, ajenas a la voluntad de los apicultores, ha incidido en el nivel de las exportaciones.

Según el Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex), entre enero y julio de este año, el país exportó solo 308 toneladas de miel natural, 35 toneladas menos comparado con el mismo período de 2019.

Por otro lado, en 2019 los apicultores nicaragüenses sufrieron un drástico desplome en el precio de la miel.

“Con la situación de 2018, las exportadoras no pudieron mandar el producto hacia el extranjero y se quedó la miel a nivel nacional, se fraccionó, pero aquí el mercado no es un consumidor grande y entonces se cae el precio”, comentó el apicultor Juan Alberto Pérez.

En el contexto de la pandemia, según Pérez, ocurrió todo lo contrario. La miel incrementó su precio por la alta demanda del producto en el mercado nacional.

“La gente compraba el producto por los beneficios de la miel y todos los subproductos que ha ayuda a aumentar las defensas del cuerpo y entonces tiene una mayor demanda, eso nos ha levantado nuestra economía que se había caído en el 2018”, afirmó Pérez.

La pandemia, además obligó a los apicultores nicaragüenses a reinventarse, como el caso de Zeas Apícola.

Un jarabe para la tos, compuesto de miel y jengibre, fue el ganador en el contexto de la pandemia, afirmó Zeas.

“Eso nos ayudó mucho, si un producto se te cae siempre hay otro producto aceptable que te ayude a mantenerte a flote. Ese jarabe es de miel, jengibre, zacate de limón y  menta”, cuenta la joven empresaria.

Obstáculos financieros

Zeas explica que los productores apícolas enfrentan varios obstáculos en su labor como la falta de financiamiento para capital de trabajo.

“Eso hace que uno trabaje con las uñas, nosotros estamos trabajando en nuevos proyectos y nuevos productos, pero nosotros podríamos hacer mucho más cosas si tuviéramos mayor acceso a financiamiento y tasas accesibles que no nos coman (absorban) nuestras utilidades”, señaló la empresaria.

 

 

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