SemblanzasJosé Francisco Barnett: “Me parece que es un rubro de producción bien importante”

mielimperialometepe5 años 6707 min

Por su acento, al hablar se sabe que José Francisco Barnett no es nicaragüense. Es un estadounidense nacido en el Estado de Nueva York que llegó a Nicaragua hace 40 años, con el triunfo de la revolución.

En aquel momento, Barnett llegó al país invitado por la comunidad católica a la que pertenecía, misma que había  organizado un viaje para ayudar en la transición revolucionaria que vivieron los nicaragüenses y que daba comienzo a un cambio radical en Nicaragua.

Rápidamente se enamoró de un país que no conocía y una vez que concluyeron la misión se estableció en una ciudad del Norte, específicamente en Estelí.

En este departamento, localizado al norte de la zona central de Nicaragua, trabajó en temas de agricultura biointensiva y el cultivo de hortalizas orgánicas. Después de unos años decidió nacionalizarse y se trasladó a vivir a Mateare, un pueblo ubicado a unos 30 kilómetros al occidente de Managua.

Fue en este pueblo que conoció el fascinante mundo de las abejas gracias a los colaboradores del Centro de Comunicación y Educación Popular (Cantera).

“Yo me anime, cuando me dijeron que fuera yo fui, desde el inicio estaba animado”, confesó este neoyorquino.

A través de Cantera, Barnett se nutrió de un conocimiento amplio sobre apicultura y comenzó a producir miel con dos colmenas que le entregaron, las que con el paso del tiempo logró reproducirlas hasta tener ocho que actualmente conserva, y se unió a la Cooperativa Apícola de Servicios Multiples La Dulce Miel R.L.

“Me parece que es un rubro de producción bien importante y no solo para la producción de miel sino también para el medio ambiente, las abejas son polinizadores que hacen una función que nadie lo ve, pero gracias a ellas estamos viviendo y cosechando y comiendo frutas y los árboles se multiplican porque las abejas llevan el polen de un lado a otro y gratis no lo pagamos nada”, agregó.

Capacitaciones

Barnett no se quedó con lo aprendido en Cantera, sino que compartió sus conocimientos con grupos de personas interesadas en aprender el oficio, particularmente mujeres.

“Yo empecé hace como 15 años en el 2004 trabajando con Cantera tenía una noción (sobre apicultura), pero no estaba muy formado, entonces me mandaron a capacitarme y después me convertí en capacitador trabajando con mujeres rurales en la zona de Mateare, Villa El Carmen, el municipio de Belén, zonas así y ahora me extiendo a algunos otros lugares ayudando a otros grupos (…) Yo me he dedicado más a la capacitación de explicar cómo aumentar las colmenas”, comentó.

A través de estos cursos teóricos y prácticos enseña todo lo relacionado al trabajo apícola.

“Todo lo básico, qué tipo de abejas hay, cómo es su tiempo de gestación, desde que la reina pone los huevos cuántos días, el aumento de las abejas y la función de cada una, cómo trabajar la colmena, cómo ubicar los marcos, cómo detectar las enfermedades, hay un sinnúmero de temas que se presentan acompañados de prácticas con las colmenas”, explica este neoyorquino que le encanta capacitar.

Aunque hay mucha gente interesada en aprender sobre apicultura, hay un porcentaje al que descalifica porque son personas que sienten “pánico” cuando están cerca de las abejas.

“Lo más importante en el fondo es ir con las abejas para ver si está apto porque hay personas que vienen entusiasmados, pero una vez que miran a las abejas dando vueltas entran en pánico y algunos, en muy pocas ocasiones, hemos tenido que descalificar y decirle que mejor vaya a su casa porque no pueden aprender, la gente se da cuenta en la práctica, pero en general a la gente le gusta”, puntualiza este nica estadounidense.

 

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