En la producción de alimentos orgánicos no se emplean plaguicidas ni fertilizantes químicos. Los alimentos que se producen bajo este concepto están libres de residuos tóxicos, colorantes o saborizantes artificiales.
La agricultura orgánica, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es un sistema de producción que trata de utilizar al máximo los recursos de la finca.
“A un producto orgánico no se le suministran productos sintéticos o que sean dañinos para la salud”, reiteró el ingeniero agrónomo, Aníbal Méndez.
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En el caso de la miel, un producto con alta demanda en los mercados internacionales y doméstico, se define como orgánica la producción que se obtiene o se cosecha sin la utilización de productos químicos, señala Méndez.
“Por ejemplo cuando haces administración de productos para control de varroa u otras enfermedades de las abejas que no se utiliza productos de origen químico, sino que aplica productos que son permitidos en la agricultura orgánica (…) Los productos provienen de plantas y no de sustancias químicas”, afirmó.
Otros criterios señalan que una miel es orgánica cuando se obtiene de unas floraciones de campos certificados, donde se mide la distancia del apiario para que solo pueda obtener néctar de las flores cercanas sin ningún residuo químico. Los alimentos orgánicos se caracterizan por su alto valor nutricional, poseen una alta concentración de minerales, vitaminas y otros nutrientes que aquellos producidos con alto uso de agroquímico.
MIEL NATURALSegún Méndez, la miel es natural cuando no se aplica ningún tipo de producto a las colmenas, es decir se produce en zonas exclusivamente forestales. Si el apicultor tiene ubicadas las cajas cercanas a un área donde cultivan con grandes concentraciones de productos agroquímicos, pierde esta característica.
“No sería natural porque las abejas pecorearían en otras zonas donde están esos cultivos, la miel sería natural si yo la pongo en un área donde yo sé que solo hay plantaciones forestales y que están de manera natural en la zona”, mencionó el experto.
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Dicho de la mejor manera, la miel natural es también orgánica, dice con toda seguridad Méndez.
“Usted le puede llamar orgánico, pero un comprador lo primero que se va a fijar es en la etiqueta para ver si esa miel está avalada por una certificadora”, enfatizó el ingeniero agrónomo.
La apicultura es una alternativa lucrativa para muchos pequeños agricultores en Nicaragua que tienen como expectativa crecer y exportar su producto. El precio es la mayor motivación que impulsa a la apicultura orgánica, pero para venderlo y lograr entrar a esos mercados necesitan tener como respaldo una certificación.
