Musité tu nombre en castellano limpio

Bernarda, Bernanda, Bernanda la costurera

Te ví bajando de la carreta

Tus pies descalzos, tu delantal

La curva de tu vientre, mostrando tus siete meses

A dos ya pronto, de ser madre ya.

Bernarda, la costurera

¿De dónde vienes hoy?

En tus manos guardas un tarro grande

Cómo un tesoro color de oro

Es miel de abeja, miel de azahares

de  naranjales de esta montaña

llena de flores y de colores.

Miel de Ometepe,

Miel de tu amor.

Bernarda fuiste hasta el sendero

Entre malinches,  ceibas y guanacastes

Buscando miel para endulzar

la boca y vientre de tu pequeño

Que aún no nace, que áun no llega.

Pensaste que así

Saboreará la vida con más dulzura

Cuando lleguen los días aciagos de los pesares

Tu niño negro, tu niño hermoso,

Sabrá que el néctar viene de abejas

Que danzan sueltas entres sus sueños

Y viajan libres entre las ramas

De aquella isla que nunca acaba

En los confines de aguas dulces

Entre volcanes, entre las brumas.

 

Bernarda, la costurera

Poniendo miel en tu pelo negro

Cabello negro, de madre negra,

Pones la miel también en tus pechos

Y así tu  leche será más tierna

Nutriendo ríos de vida nueva.

 

Subiste Bernarda a ver la danza

las alas libres y transparentes

de las abejas que zumban diario

Sonríen, cantan y cuentan cuentos,

De duendes, brujos y hechiceros

Como tejedoras y sabedoras de un conocimiento

Que no tiene nombre

Que no tiene tiempo.

Así eres tú Bernarda Luna

La costurera que hila vida

En tu tinaja de cuerpo y carne

llevas la miel de una nueva risa

La de tu hijo que aún no nace.

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