El mes de febrero ya está instaurado y como es bien sabido en la cultura occidental se asocia al amor y la amistad, en honor a San Valentín, razón por la cual estás fechas son aprovechadas por muchos para realizar propuestas de matrimonio, bodas y la tan esperada luna de miel.
La luna de miel es el nombre que se le da al viaje que realiza la pareja de recién casados, generalmente después de la boda, su nombre en castellano es la traducción literal del inglés “honeymoon”.
El origen de la luna de miel tiene diferentes teorías, dentro de las que destaca la tradición de la antigua cultura babilónica (hace unos 4000 años, en lo que hoy es Irak) la cual cuenta que después de la boda el padre de la novia le daba a su yerno cerveza de miel durante todo un mes lunar.
Por su parte en la Antigua Roma, la tradición dictaba que la noche de bodas, la madre de la novia tenía que dejar en el dormitorio de la pareja una vasija con miel como estimulante de la fertilidad. Mientras que los Teutones (pueblo europeo de la edad media) sólo celebraban sus bodas bajo luna llena y la bebida ingerida por los novios era licor de miel para asegurarse de tener una vida dulce como pareja.
Sea cual sea la teoría que nos guste más o se acerque más a nuestra realidad, todas coinciden en lo mismo, la presencia de la miel, lo que comprueba que este néctar ha estado presente desde tiempo milenarios en las diferentes culturas humanas.
Actualmente no habrá quien entregue a la pareja de recién casados miel de abejas, pero sin duda alguna, celebrar tanto amor con Miel “Imperial” Ometepe sería toda una delicia.
