Introducir el aguijón de las abejas en nuestro cuerpo no parece ser algo placentero, incluso si vemos a uno de estos insectos voladores nuestro primer impulso es correr para no ser víctimas de sus picaduras, sin embargo hay quienes aseguran que esta acción es completamente curativa.
Apiterapia, es el nombre que recibe el uso terapéutico de los diferentes derivados de las abejas, entre ellos la apitoxina o veneno de abeja. Etimológicamente la palabra se deriva del latín “Apis” que significa abeja y terapia, palabra griega cuyo concepto es “método para tratar a seres humanos o animales contra diferentes enfermedades”. El origen exacto de la apiterapia no ha sido descubierto, pero sus registros se remontan hasta las civilizaciones antiguas de Grecia, Roma, Egipto y China.
¿Cómo funciona?
Según la Asociación Americana de Apiterapia (AAS) la apitoxina es más potente que cualquier otro análgesico, incluso que la morfina. Aunque este veneno puede ser letal, sobretodo para quienes son alérgicos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) “en pequeñas dosis, el veneno de abeja puede ser beneficioso para combatir una gran cantidad de dolencias”.
Esta misma organización publicó en la edición número 124 del Boletín Sobre Servicios Agrícolas, que dentro de los componentes de este veneno “se han descrito al menos 18 componentes farmacológicamente activos, que incluyen diversas enzimas, péptidos y aminas”. También señala que:
“la melitina y la apamina producen aumento de cortisol en plasma. Junto con varios otros argumentos, esto sugiere que muchos de los efectos curativos del veneno de abeja pueden funcionar a través de la estimulación de la enzima y el sistema inmune del cuerpo, de una manera similar a la cortisona común del fármaco. La cortisona se ha utilizado en el tratamiento de muchas dolencias.”
Los métodos de aplicación para el veneno incluyen picaduras de abejas naturales, inyecciones subcutáneas, ungüentos, inhalaciones o tableta y comúnmente se utiliza para dolencias de tipo reumáticas y traumológicas, aunque la AAS indica que hay evidencias de que la Apiterapia es efectiva para enfermedades neurológicas, psicológicas, cardiovasculares, ginecológicas, dermatológicas, digestivas y otras.
