Como hemos mencionado antes la miel es una alternativa mucho más saludable y beneficiosa a la hora de endulzar nuestras comidas. Estudios han comprobado que el consumo de azúcar aumenta los niveles de glucosa en la sangre provocando diabetes y obesidad, por su parte la producción de caña (materia prima del azúcar) como monocultivo causa estragos en el medio ambiente.
Así pues reemplazar el azúcar por la miel es un acto razonable y beneficioso para nuestras vidas, por eso aquí te damos algunos tips de como hacerlo.
Para empezar es importante tomar en consideración las diferencias básicas entre cocinar con miel y azúcar:
- La miel endulza mucho más que el azúcar y contiene los mismas calorías por eso es necesario usar menos cantidad.
- La consistencia de la miel (aproximadamente 20% de agua) aportará más líquidos a tus postres, por lo que es necesario poner menos de los otros líquidos utilizados en la receta.
La fórmula para esto es: por cada taza de azúcar sustituida quitar 2 cucharadas de los ingredientes líquidos. Si desea reemplazar ½ taza de azúcar con miel, reducir los otros líquidos por 1 cucharada. Si desea reemplazar menos de ½ taza de azúcar, no es necesario reducir los otros líquidos.
- Como hemos mencionado, la miel tiene mayor contenido de endulzante y esto hace que se cocine más rápido, así que se debe bajar la temperatura del horno unos 25 grados de lo estimado para evitar que la receta se queme.
- La consistencia de la miel es más densa que la del azúcar a granel lo que puede provocar que los postres esponjen menos, para prevenir esto se requiere añadir ¼ de cucharadita de bicarbonato de sodio por cada taza de miel utilizada.
Tabla de equivalencias
