Históricamente nuestros pueblos han desarrollado un comercio local, ya sea que pagáramos a través de trueques, luego con cacao y más tarde con la moneda oficial, cada pueblo principal ha tenido un mercado que ofrece mercancía producida en las comarcas vecinas, sin embargo parece que la tendencia moderna es mirar hacia el exterior olvidando lo que ahora se conoce como “mercado doméstico”.
Tanto es el afán de las exportaciones que existen registros nacionales sobre los índices de exportación, pero no del comercio local. Por ejemplo se sabe que en 2014 Nicaragua logró un total de 1.4 millones de dólares en exportación de miel, pero no existen datos referentes al mercado doméstico.
La industria apícola nicaragüense ha sido practicada por dećadas y su crecimiento ha sido significativo tanto en el mercado interno como externo. A nivel nacional se estima que la miel se comercia principalmente en supermercados, distribuidoras y tiendas naturistas locales, apuntando mayormente a la apicultura orgánica.
Los beneficios de consumir productos locales son muchos, el principal es que es la mejor manera de apoyar la economía local y el comercio justo, además comprar algo hecho en nuestro alrededor ofrece la posibilidad de conocer a los o las productoras y así tener un conocimiento directo de los procesos de producción.
Por otra parte, consumir productos locales es una manera de apoyar la sustentabilidad y el cuido del medio ambiente, pues al ser algo que no debe ser transportado desde largas distancias, se reduce la emisión de partículas contaminantes del transporte y se reducen desechos inorgánicos del envasado y embalaje.
